Ahora las princesas prefieren esconderse en lavabos y beber alcohol, con las medias medio bajadas al sentarse, minifaldas, piercings, y excesos de infelicidad.
domingo, 25 de diciembre de 2011
La vida no es como pensamos;
Cuando era pequeña me imaginaba la vida como los cuentos que mi madre, todas las noches, me leía. Un príncipe azul se iba a enamorar tan perdidamente de mí como yo de él. Nos iríamos en caballo a un castillo y comeríamos perdices. Pero a medida que vas creciendo te vas dando cuenta que la vida no es como los cuentos de hadas y que los príncipes azules, al final, se acaban volviendo grises.
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La realidad es bastante más interesante que vivir felices y comer perdices.
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